Me mudo a las afueras

afueras
El centro de las ciudades es bullicioso, ruidoso, eléctrico, constantemente están sucediendo cosas y todo está diseñado para captar tu atención. Algo así sucede con las redes sociales hoy en día, en incensante disputa por tu click y por tu tiempo de visualización. A mi el cuerpo me ha dicho basta. Concretamente el cerebro, que está perdiendo la pugna y necesita airearse. Imagino que también será una cosa de la edad digital -entiéndase esto como años conectado a este ingenio digital llamado Internet- que ya no me permite soportar la algarabía al ritmo frenético predominante hoy en día.
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